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Inteligente y eficiente. El chasis del Audi A8.
Redistribución inteligente
La suspensión activa del Audi A8, disponible a petición, tiene dos funciones centrales. Por un lado, proporciona una expresión completa y efectiva para una estabilización transversal y longitudinal del vehículo en cada carga, teniendo en cuenta las condiciones del camino, la velocidad y la situación de conducción. Esto entrega una comodidad de conducción significativamente mayor una vez más. Por otro lado, esta innovación aumenta la seguridad pasiva: la tracción inherente de los modelos quattro se optimiza adicionalmente durante el frenado total, distribuyendo las fuerzas de la manera más precisa posible entre las cuatro ruedas. El movimiento hacia delante se compensa activamente y la distancia de frenado es significativamente menor. Además, en un choque lateral el vehículo se levanta en medio segundo hasta 80 milímetros, lo que aumenta la seguridad en el interior.
Todas estas funciones serán factibles, ya que por primera vez el chasis funciona
por completo electromecánicamente y las fuerzas necesarias se pueden aplicar a cada
rueda individualmente y según la situación. La soberanía tiene una unidad de
control central que evalúa las señales del sensor y distribuye los comandos
apropiados a las válvulas de solenoide, que a su vez ajustan la fuerza de
amortiguación del respectivo amortiguador de forma continua.
Eficiencia en serie
El Audi A8 es un mild-hybrid. Estará disponible por primera vez esta combinación de motor de combustión, un generador de arranque BAS de 48 voltios refrigerado por agua y una batería de iones de litio de alto rendimiento para esta serie. Esta nueva unidad es la base de toda una serie de mejoras en lo que respecta a la eficiencia y el confort de conducción.
El generador de arranque por correa (BAS) tiene una doble función: funciona como un motor eléctrico o como un generador. En su primera función proporciona un par motor considerable de 60 Newton metros. Estos se utilizan en el Audi A8 para una función única: cuando ha alcanzado su velocidad objetivo, la combustión se desconecta entre 30 y 160 km/h durante hasta 40 segundos, para una navegación cómoda, silenciosa y libre de emisiones. Por otro lado, el BAS tiene suficiente energía para arrancar el motor en cualquier momento. Usted toca el acelerador y el motor vuelve a arrancar poderosamente.
El generador también tiene sus ventajas durante la desaceleración: junto con la poderosa batería sobre el eje trasero, permite una recuperación más intensa, lo que le devuelve al vehículo la energía utilizada. En muchas situaciones, esta recuperación es incluso más eficiente que la navegación mencionada anteriormente, por lo que el sistema de administración de unidades del A8 monitoriza y evalúa constantemente la situación. Para este propósito, los datos de la cámara frontal y, opcionalmente, la información entregada por el predictivo asistente de eficiencia se conectan con los datos de ruta actuales y los valores proporcionados por el conjunto de sensores.
Además, los modelos de la nueva generación A8 son los primeros vehículos que se entregarán con un nuevo elemento característico de rendimiento. De los dos motores de seis cilindros, el 3.0 TDI con 210 Kw comienza como el Audi A8 TDI, el TFSI de 250 kW y el Audi A8 55 TFSI.
La nueva forma de dirigir
Cada velocidad trae consigo requisitos para el desempeño de la dirección. Mientras que en la parte inferior lo esencial es la capacidad de manejabilidad, también es necesario contar principalmente tanto con la agilidad, como con la estabilidad. Manejabilidad significa que su vehículo combina la maniobrabilidad, como por ejemplo, la de un Audi A4 con la comodidad de un sedán de lujo, para una curva cerrada solo necesita hacer un pequeño giro en el volante (dirección). La experiencia de la agilidad se traduce en el placer de conducción, la deportividad y la espontaneidad. La estabilidad se siente al contar con una alta capacidad de control, incluso con movimientos de giro repentinos.
Desde un punto de vista técnico, hay una contradicción aquí que siempre ha requerido un consenso: sólo una de estas características, la manejabilidad o la estabilidad, podía estar en primer plano. La dirección dinámica en las cuatro ruedas ahora resuelve este problema perpetuo, a través de intervenciones de dirección activas en los ejes delantero y trasero, que se coordinan en una unidad de control central. El algoritmo de este control transmite su movimiento de dirección dependiendo de la situación de conducción actual en el ángulo de dirección óptimo que se encuentra en el eje delantero y trasero.
Esto logra una mejora integral del manejo: en el tráfico de la ciudad, por ejemplo, al girar y estacionar, el esfuerzo de la dirección se reduce significativamente: el radio de giro del vehículo se reduce notablemente al oponerse a la dirección de las ruedas traseras. Cuando maneja por caminos rurales, disfruta de su deportividad y precisión, manejando como si se deslizara sobre rieles. En las carreteras, la dirección dinámica en las cuatro ruedas asegura el mismo tipo de dirección para un manejo relajado y estable. Igualmente, los pasajeros en las plazas traseras también podrán experimentarla.